Luminosidad, amplitud y claridad son los adjetivos que entran en juego en la estrategia del diseño global de la cocina.

Durante el proyecto hubo que sintetizar varios escenarios de circulación y planificar las zonas de lavado, cocinado y de las columnas para crear un triángulo de trabajo eficiente.


La combinación del blanco ultra mate con los tiradores en oro crean visualmente un lugar tranquilo, ordenado y elegante que solo será “invadido” por la alegría de sus ocupantes.

La encimera, una cuarcita brasileña con un suave fondo de color marfil crema y un cálido veteado marrón que asegura un estilo sofisticado, profundo y armonioso a cualquier espacio.


La zona de comedor, antiguamente considerada una estancia formal, se convierte en una ampliación de la cocina y la enriquece. El uso de materiales visualmente nobles y del negro. En definitiva, un minimalismo cuidadosamente seleccionado.