¿Quién es Yolanda Royo?
Hablamos de una polifacética mujer graduada en Artes Aplicadas y Oficios Artísticos, y fundadora de su propia empresa en 2011, La Tartería, en Zaragoza.
Esta decoradora y directora creativa se adentra en la literatura con su primera novela: Una historia de amor propio, que indaga en el «todo femenino» desde la filosofía, el simbolismo y la cotidianidad.
Yolanda Royo Serrano (Toulouse 1971) curiosa e intuitiva, de espíritu libre, aficionada a la experimentación, que ha explorado desde la psicopedagogía, las humanidades, la filosofía, el arte, y la gastronomía se adentra en el mundo de la literatura con su primera obra experimental La mujer jardín, (editorial Milmadres).
Nos adentramos en su última obra: La mujer Jardín
Una historia desde la que se hace frente a los miedos, las ilusiones, los recuerdos y las fantasías del «ser mujer» nada condescendiente, desde la hibridación y lo fragmentario.
Un recorrido vital donde la protagonista nos ofrece su existencia como un rompecabezas por armar, en el que se mezclan y entrelazan, en apariencia sin orden, su pasado, su presente y su futuro.
Narrada desde siete planos, desde lo que es, lo que siente, lo que puede, lo que ama, lo que expresa, lo que comprende y lo que sueña. Una estructura fuera de lo común, que fascina.
Con el título recién aterrizado en las librerías, un té y unas delicias de su obrador, en su maravilloso espacio de Pedro María Ric 11, nos disponemos a charlar con ella, como lo hace en sus «meriendas literarias» donde comparte conversaciones con otros escritores y sus invitados.

¿Qué es y quien es la mujer jardín?
Es una reclamación de la vida del ser. Toda aquella mujer que siente, agradece, sufre, comparte y trabaja para sentirse feliz. Que colabora con ella misma para crearse un entorno favorable para desplegarse, que conecta y se prepara para recuperar la capacidad de sentir sin conflictos, ni culpa.
Aquella mujer que desea relaciones conscientes y es bellamente libre. «La mujer jardín» podemos ser todas.
¿Es importante recuperar la voz de quien somos?
Es esencial recordar que somos, que podemos mirar hacia dentro, la vida es como una flor, y nuestro mundo interior como un jardín que cultivar. La espiritualidad ha de nacer de uno mismo y cuanto más espiritual seas, más serás tú mismo. Debemos dar gracias por todo lo alcanzado por las generaciones anteriores. Nuestra familia, nuestra historia y la libertad conquistada. Aún queda camino por recorrer, la igualdad debe construirse entre todos para desplegar nuestro ser.
Si pudiéramos espiarte mientras escribes, ¿qué es lo que veríamos?
A una mujer concentrada y abstraída. Rodeada de notas y libros. Sonriendo.
¿Qué cosas nutren tu empoderamiento personal?
El silencio, la belleza, la lentitud, como decía Witman «dame al amanecer un oloroso jardín de hermosas flores donde pueda caminar sin ser molestado». El tiempo libre, aunque tengo poco, me permite disfrutar de ser creativa.
Leer por supuesto y también el trabajo intenso, me mantiene con el espíritu de la iniciativa, de la ilusión. Es muy importante avanzar y aprovechar las oportunidades. Quién me iba a decir que con 51 años publicaría mi primera novela y participaría en una antología.
“Es esencial recordar qué somos, que podemos mirar hacia dentro, la vida es como una flor y nuestro mundo, interior como un jardín que cultivar”
¿Qué estás leyendo ahora? ¿Autores favoritos?
Tengo en mi escritorio siempre varios libros de diversa índole, ahora mismo una biografía de Virginia Woolf, Miseria de Dolores Reyes, La diosa Blanca, un ensayo de narrativa y poesía, varias lecturas sobre jardines y otro de repostería de Otto/lengui.
Son muchos los autores interesantes que voy leyendo, pero la Woolf, Lispector me roban el corazón.
Una curiosidad: ¿quién fue el primero en leer tu obra?
Además de mi editor, la leyeron tres amigas y mi marido.
Para ti es la clave del feminismo… Toda aquella verdad que cualquier mujer tenga que expresar. ¿Qué cualidades admiras en una mujer?
La habilidad de sentir, la bondad y la inteligencia. Hay que mirar con los ojos, pero ver con el corazón. La fórmula es: sentimiento + inteligencia + bondad = empatía.
La generosidad y la comprensión son lo que hace que todos seamos mejores personas, nos cuidemos y respetemos. Las mujeres sabemos tejer relaciones muy nutritivas que nos ayudan a transformar aquello que está a nuestro alcance y mejorarlo.

Usas mucho la metáfora de los pájaros en tu libro, me quedo con una frase: «Has desplegado tus alas y ya no cabes en el abrigo»
Las aves, expresan para mí la libertad, porque vuelan. Es muy importante soltar y liberarnos de las cadenas. Con valentía, actualizarnos cada estación, cada año, cada ciclo. Detenernos a pensar para reflexionar con la atención puesta en el presente y vivirlo.
¿Qué te gustaría conseguir con «la mujer jardín»?
Si alcanzara a todas aquellas personas que desean abrirse paso a la vida que brota en su interior para recordarles que disfruten más de quienes son, que ser uno mismo es lo más bonito del mundo.
En un universo hiperconectado, retomar relaciones humanas reales, auténticas. Dejar de vivir pendientes de opiniones, de redes sociales, etc.
Una mujer tan ocupada como tú, de dónde saca el tiempo para escribir.
Eso me preguntan muchas personas, apenas veo la tele, solo cine y madrugo, escribo por las noches y los domingos por la mañana y como expreso en mi libro, el tiempo de la inspiración puede crearse, es un tiempo de oportunidad que aprovechar, por lo que hay que estar atento a él.
¿Próximos proyectos de Yolanda Royo?
Por supuesto, escribir es una necesidad. Escribo para conectar con el otro a través de lo que crean las palabras y compartir con ellas nuestra diferencia y nuestra semejanza. Participo en una antología de experimental con seis compañeros escritores «Pupilas» (Pie de mosca) que acaba de publicarse en el mes de junio. No hay dos sin tres.
Vendrán más proyectos. Soy una buscadora.