Texto: Yvonne Solé · Fotos: Félix Lorenzo
En Santa Eulària des Riu hemos descubierto (en familia) una Ibiza auténtica, tranquila, de belleza salvaje y natural y con los ecos hippies todavía muy presentes.
Una cala prácticamente vacía, con la arena cubierta de algas, un mar tranquilo, cristalino y un chiringuito solitario con apenas unos pocos clientes. Esta es la imagen que nos regala Ibiza si la visitamos a partir de mediados de septiembre. El clima sigue siendo benigno, con temperaturas agradables, muchas horas de sol y, sobre todo, mucha menos gente. Es la mejor época para conocer una Ibiza diferente, auténtica.
Desde cala Mastella (la cala solitaria) sale un camino marcado en las rocas a fuerza de las pisadas de los más aventureros que eligen esta ruta para llegar a un recoveco de la cala que nos depara una pequeña sorpresa. Ante nuestros ojos aparece un minúsculo embarcadero con un columpio colgando de un árbol y un restaurante sin pretensiones pero muy pintoresco, “El Bigotes”, en el que suele haber cola para degustar su famoso “bullit de peix”.
Hoy solo hay una veintena de comensales disfrutando de lo que se cocina sobre las brasas, allí mismo, al aire libre. No hay mejor manera de conocer un lugar que probando la gastronomía local e Ibiza no defrauda en este sentido.
De hecho, el ayuntamiento de Santa Eulària ha editado una guía de restaurantes con encanto para destacar la importancia que tiene el aspecto gastronómico para Santa Eulària des Riu, poniendo en valor la diversidad y calidad.


UN PASEO POR LA COSTA DE IBIZA
Por la tarde nos acercamos a una playa cercana, cala Llenya.
Está un poco más concurrida que cala Mastella, pero aun así es fácil encontrar un hueco para dejar la toalla en la arena fina y lanzarnos al mar turquesa y templado.
Esta es una de las playas preferidas por las familias, ya que además de contar con todos los servicios tiene la ventaja de que hay que adentrarse mucho en el mar para que el agua nos cubra.
Esta característica es común a la mayoría de calas de Santa Eulària des Riu (cala Boix, cala Llonga, cala Martina, cala Nova…), así como la calidad del agua gracias a la posidonia que se encuentra en el fondo marino.
Este municipio queda en la parte más oriental de la isla y lo conforman cinco parroquias (Santa Eulària, Sant Carles, Santa Gertrudis, Jesús y Es Puig d’en Valls) con distancias muy cortas entre ellas que incluso se pueden hacer en bici.
De hecho, existen diferentes rutas cicloturísticas señalizadas que enlazan las diferentes parroquias a través de sus calas y sus monumentos históricos. Sin embargo, la mejor manera de disfrutar de los 46 km del litoral de Santa Eulària es yendo despacio, a pie.


Similar al camino de ronda de la Costa Brava catalana, pero en versión reducida, donde solo queda lo esencial: el camino de tierra en el centro, los pinares a un lado y el mar al otro. Así es el sendero que parte desde Santa Eulària y recorre gran parte de las más de veinte calas situadas en la costa noreste.
La ruta se puede iniciar en cualquiera de ellas, pero nosotros elegimos la playita de Es Niu Blau, en la que desemboca el Torrent d’Arabí y que queda bien arropada por pinares. El camino discurre justo al lado del mar y nos permite seguir el litoral como si lo fuéramos dibujando a lápiz creando líneas caprichosas, curvas, salientes y recovecos.
Aquí se respira paz. Es naturaleza en estado puro: solo oímos el suave murmullo de las olas y nos deslumbra el sol reflejado en las aguas turquesas.
En cualquier momento podemos pararnos para darnos un chapuzón en una de las calas, secarnos al sol y continuar nuestro camino. Sin horarios ni rumbo fijo. Esta sensación de libertad es la que debió cautivar a los primeros hippies que llegaron a la isla en la segunda mitad del siglo XX y que se instalaron aquí.
Gracias a ellos se consolidaron los mercadillos hippies más famosos de la isla, como el hippy market de Punta Arabí o las Dalias en Sant Carles.


MERCADILLOS HIPPIES, EL ESPÍRITU SIGUE VIVO
Aunque la mayoría de ellos fue abandonando Ibiza con los años, todavía quedan algunos auténticos hippies que siguen viviendo de lo que ellos mismos crean. Les encontramos en estos mercadillos vendiendo vestidos ad-lib, cestos y lámparas hechos a mano, bisutería, cosmética natural, objetos decorativos y otros complementos.
Cada miércoles entre abril y octubre abre el hippy market de Punta Arabí con más de 500 puestos. Además de un souvenir, de aquí nos llevamos imágenes únicas, como si nos hubiésemos sumergido de nuevo en la década de los 70, con actuaciones musicales en directo, espacios destinados a los visitantes más pequeños, food-trucks y restaurantes.

El otro mercadillo que vale la pena visitar, aunque es más pequeño -y por ello quizá también más mágico-, es el de las Dalias, en Sant Carles, que se celebra todos los sábados del año. Además, de abril a octubre, se le unen algunos eventos fijos, como la fiesta Namasté de los miércoles. Empieza a última hora de la tarde en el Jardín de Las Dalias con diversas performances artísticas y visuales y actuaciones musicales en directo.
A ella acude gente de toda la isla para bailar y celebrar el amor y la paz. Nosotros disfrutamos del espectáculo mientras cenamos allí mismo en su restaurante, una experiencia muy recomendable para imbuirse en su fantástico ambiente y contagiarse del espíritu hippy.

LA IBIZA RURAL
Aquí los campos ganan terreno y podemos sentir el alma de la identidad payesa. Nos detenemos en Can Musón, una finca ecológica que es además granja-escuela, con un proyecto educativo que pretende concienciar y mostrar a los niños la esencia de la vida tradicional payesa.
Durante la visita paseamos por su jardín lleno de hierbas aromáticas, árboles frutales, el huerto y damos de comer a los animales de raza autóctona: patos, ocas, gallinas, conejos, cerdos y cabras. Todos los productos que cosechan son ecológicos, priorizando el cultivo de los que son de la zona. Con ellos se elaboran los zumos, desayunos y platos del día que se pueden degustar a la sombra de los árboles.
También disponen de una tienda en la que se pueden adquirir productos 100% ecológicos y muchos de ellos de cultivo propio.

EL CAMINO DEL RÍO Y PUIG DE MISSA
La mejor manera de descubrir su importancia es siguiendo el recorrido La Ruta del Río, un trazado muy sencillo de apenas unos kilómetros, el cual transcurre por el paseo marítimo, la playa del Río de Santa Eulària, la desembocadura fluvial, el Pont Vell (Puente Viejo) y el Centro de Interpretación del Río Can Planetes, que alberga además un antiguo molino harinero.
Aquí también descubrimos historias y leyendas tanto del río como de Santa Eulària y nos encontramos con uno de los personajes más peculiares de la mitología ibicenca: el fameliar.

Pequeño, calvo y cabezón, este duende podía ayudar al payés en el trabajo, pero también ser su ruina debido a su voraz apetito.
Seguimos el camino hacia la joya monumental del pueblo (y también su origen), el conjunto arquitectónico que corona el Puig de Missa a 52 metros sobre el nivel del mar. Es imprescindible subir hasta aquí para admirar la arquitectura tradicional ibicenca que se resiste a desaparecer, con calles llenas de casitas encaladas y una iglesia de exterior rústico con una cúpula color arcilla que destaca sobre el blanco del resto.
Y por supuesto unas magníficas vistas sobre el pueblo y el puerto.


GUÍA DEL VIAJERO POR IBIZA
CÓMO LLEGAR
Vueling tiene vuelos directos a Ibiza desde Madrid, Alicante, Bilbao y Barcelona. Balearia ofrece ferries desde Valencia, Barcelona y Denia y en los que puedes llevarte el coche.
DÓNDE DORMIR
Aguas de Ibiza Lifestyle & Spa es un hotel de 5 estrellas gran lujo al lado de la playa. De diseño mediterráneo pero con clara inspiración en la arquitectura ibicenca, dispone de piscinas, spa con tratamientos de Clarins y un roof-top con piscina adults only con unas vistas espectaculares.
INFORMACIÓN: www.aguasdeibiza.com/es/
DÓNDE COMER
Maymanta, el restaurante del Aguas de Ibiza, un espacio gastronómico que sirve cocina peruana de autor -el chef es Omar Malpartida-, con platos elaborados con mucho mimo, repletos de sabores ancestrales y con unas vistas excepcionales del puerto deportivo y la ciudad de Santa Eulalia gracias a su ubicación en la azotea del hotel.
INFORMACIÓN: www.aguasdeibiza.com/maymanta
Niu Blau Restaurante a pie de playa, junto a un pinar que proporciona frescor y sombra y con un servicio rápido y muy profesional. La paella y los huevos con bogavante son sus especialidades.
INFORMACIÓN: www.restauranteniublau.com
Bar Costa en Santa Gertrudis, situado en una preciosa plaza peatonal (la plaza de la iglesia), dispone de terraza pero la auténtica joya está dentro: sus paredes están colmadas de cuadros de reconocidos autores internacionales. Aquí lo suyo es comer un llonguet (panecillo) de embutido, especialmente recomendables son los de jamón serrano e ibéricos.
Oleoteca Ses Escoles es un coqueto restaurante ubicado en una antigua escuela, con cocina de mercado en el que prima el producto local de Ibiza, de temporada y las carnes premium, todo ello rodeado de campos de olivos, de los que extraen la materia prima para elaborar el aceite que comercializan bajo el nombre Can Miquel Guasch y que por supuesto utilizan en la elaboración de los platos.
INFORMACIÓN: www.sesescoles.com
Granja escuela Can Muson para tomar un desayuno, un brunch o una comida ligera bajo la sombra de sus higueras. Todos los productos utilizados en su elaboración son cultivados en su huerta (o proceden de proveedores ecológicos). Tienen sus propias gallinas y cerdos por lo que todo es fresco, de km 0 y cocinado en el día.
INFORMACIÓN: www.ibizacanmuson.com
Las Dalias restaurante, uno de los rincones con más encanto de Las Dalias ofrece una carta de estilo bohemio mediterráneo, con su base en el producto consciente, ecológico y fresco. Imprescindibles las especialidades como la hamburguesa con carne seleccionada 100 %, el Curry Verde Thai y el Pulpo a la plancha.
QUÉ HACER – PLANES Y TURISMO
Turismo Santa Eulària des Riu
INFORMACIÓN: www.visitsantaeulalia.com