Y aunque sí sucumbo al esfuerzo de las dietas o los cambios de hábitos, no había dado con la solución. Pero ¡ahora sí! Ahora la tengo y puedo hablaros de ella, porque los resultados están y lo mejor de todo… en poco tiempo.
Estoy encantada con el método LEV, mi secreto a voces (no me callaré, porque realmente funciona) para llegar a los objetivos que quiero a nivel de peso corporal, constitución o formas definidas y alimentos ricos, ricos. Una dieta donde no prohíben ni los dulces, ni los embutidos. Eso sí, todo controlado en niveles de proteínas y en formatos indicados por ellos.
El método LEV es una dieta proteinada, una dieta cetogénica, aquella donde el cuerpo limita el uso de la glucosa y comienza a utilizar las reservas de grasa como fuente principal de energía, consiguiendo una pérdida rápida de grasa. Para que esto suceda, debe existir un déficit calórico, porque si no, no se logrará perder peso, aunque sí se tendrá otro tipo de beneficios.
Es por eso que la pérdida de peso es rápida. En mi caso, la primera parte de la FASE I, quizás la más restrictiva, ya que cambias los alimentos diarios por productos propios de LEV estudiados y compuestos en las proporciones de nutrientes, calorías, proteínas y demás. En esta fase perdí ¡5 kilos! ¡Estaba entusiasmada!.

Mi agenda de alimentos era perfecta y conforme a mis gustos: desayuno capuccino o batido de chocolate para empezar la mañana. A mitad de mañana un yogur líquido de fresa, plátano, mango… súper deliciosos y con formato fácil para llevar en el bolso y así, entre una reunión y otra, aprovechaba para beberlo. Comida basada en verduras recomendadas y pautadas por mi asesora Macarena (que siguió todo el proceso, encantadora y con paciencia infinita conmigo) y combinada con las proteínas LEV, en forma de salmón en lata, pasta LEV, tortillas de trigo, un complemento ideal para hacerme mis propias combinaciones… un montón de pciones que hacen este proceso muy sencillo de seguir. Esperando la merienda (antes nunca merendaba y ahora estaba ansiosa de que llegara la hora) para tomarme, a mitad de tarde, una barrita de chocolate crujiente con sabor a turrón, unas bolitas de queso o barritas exquisitas, y, finalizar el día, con una tortilla de hierbas aromáticas, rústica o unas sopas frías o calientes (a tu gusto) de puerros, espárragos o verduras (las hay de otros sabores, pero yo normalmente no tomo carne, así que opté siempre por las opciones vegetarianas).
Para controlar la falta de algunos nutrientes y alimentos, lo compensamos con suplementos alimenticios basados en vitaminas, sales minerales y ácidos grasos (que tomo según me han recomendado).

Primera fase, la de adaptación, superada y sin esfuerzo, porque todo era perfecto: los sabores, los tiempos de comida fáciles de llevar, los resultados casi inmediatos… veía progreso en todo y, tras los 10 primeros días de inicio, continué con otros 10 posteriores en esta misma fase para afianzar el método y la pérdida de peso siguió, siempre bajo el asesoramiento, cada 10 días, de Macarena. Todo ha sido estupendo y seguía adelgazando otros 4 kilos más. Y en menos de un mes 9 kilos de bajada. Jamás lo hubiera imaginado.
Esto te ayuda a seguir, porque ves los resultados delante del espejo y reflejados en la báscula y tus hábitos han variado poco. Quizás algún día he echado de menos un vino o una cerveza, pero al ver que el esfuerzo merece la pena, sigo pensando en el pantalón que no me cabía y ahora ya he logrado subir la cremallera. ¡Una talla menos por fin!

Segunda llamada de Macarena a los 20 días y cambio de fase, la fase II, en la que me mantuve un mes. Esta me costó un poco más por desórdenes de agenda míos, propios del trabajo: montaje de eventos, cierres de revista interminables, pocas horas de sueño… y descontrol en mi “rutina”. pero he logrado redirigiéndome, perder otros 3 kilos más. En esta fase la comida está basada en alimentos permitidos introduciendo ya pescado y pollo en cantidades permitidas y aumentando algunos vegetales recomendados. Sigo perdiendo y sigo encantada, porque mi cuerpo se ha reducido en volúmenes, en retención de líquidos y las curvas están poniéndose en su sitio. La bajada de centímetros es considerable y he bajado otra talla más de pantalón, logrando que ese que guardé, con el sueño o la idea de volvérmelo a poner, ya puedo lucirlo de nuevo.
Seguimos el proceso y os iré contando los resultados próximos. No lo dejo, porque estoy encantada con los resultados y camino de lograr el objetivo de los 15 kilos que me marqué para estar en el peso soñado y normal en mi caso, de nuevo.